EL PAIS 11.02.07
¿SON INCOMPATIBLES LA AUTONOMÍA Y EL REFERÉNDUM EN EL SÁHARA?
Primero, la consulta popular
BUJARI AHMED
Las Naciones Unidas consideran que la solución al conflicto del Sáhara Occidental radica en darle al pueblo saharaui la oportunidad de decidir su futuro a través de un referéndum de autodeterminación.
La solución justa y duradera es hija, y no madre, de un referéndum de autodeterminación
No estamos ante un debate de corte intelectual donde cabrían elucubraciones de todo género a cargo de lobbystas o expertos en todo y en nada, iluminados que a veces se creen en posición de poder influir en la Historia y en los acontecimientos, yendo contra ambas cosas a la vez.
Estamos ante una ocupación militar de un territorio ajeno donde se juegan cosas más serias como es el derecho a la existencia y a la libertad de un pueblo objeto de esa ocupación, que tiene lugar a pocos kilómetros de la llamada Europa democrática, ante la cual se muestra senil y débil en la defensa de lo que proclama como esencia propia.
España, dentro de esta Europa democrática, asume en la cuestión saharaui una responsabilidad particular. Contribuir de manera honesta a que el pueblo saharaui decida su futuro, a través de un referéndum de autodeterminación organizado por la ONU, no debe crear problemas para nadie. La opinión publica, en su generosidad, lo clama.
El acuerdo de pesca con Marruecos, que incluyó aguas saharauis, la reciente venta masiva de armamento a este país, ciertas huellas dejadas en Latinoamérica y en África y el voto de la pasada resolución de la Asamblea General no hacen sino herir a esa opinión y profundizar la percepción que tiene el liderazgo saharaui sobre la ambigua actitud española.
A los pueblos saharaui y marroquí nos interesa, antes que nadie, una paz justa y duradera. En 1990, la actual potencia ocupante, tras dieciséis años de combates, aceptó -y ello no es un deshonor- el principio de autodeterminación al firmar el Plan de Arreglo. El rey Hassan II, consciente de las implicaciones que se derivaban de ello, proclamó públicamente: "Si los saharauis optasen por la independencia, sería el primer país en abrir una embajada en la capital que eligiesen". Su primer ministro, Lamrani, repetía ante los jefes de Estado reunidos en la ONU, que "Marruecos se compromete a respetar los resultados del referéndum, fueren cuales fuesen".
Las dos partes habían aceptado así la vía apropiada -referéndum de autodeterminación- y un abanico de posibles soluciones (en plural): independencia, integración en la potencia ocupante o autonomía, añadida por Baker en su plan de 2003 a instancias de Marruecos. La ONU tenía una hoja de ruta detallada para culminar la obra. En este contexto, la solución duradera y justa es hija de un referéndum de autodeterminación, no la madre.
Sin embargo, el sorprendente giro radical efectuado en el año 2004 por los nuevos dirigentes marroquíes paralizó todo. El joven rey podía haber optado por decir que el referéndum era un compromiso heredado de su padre al que no podría renunciar y que oponerse a él mermaría la credibilidad de toda intención democratizadora.
Mal aconsejado o simple y llanamente como decisión deliberada en el contexto de "cuanto peor, mejor", Rabat parece optar desde entonces por una vía cerrada que complica la situación por igual a la ONU, a las dos partes, a la región e incluso a sus padrinos en París y amigos en Washington y Madrid, los cuales se verán solicitados una vez más a elegir entre preservar las ganancias que genera la "amistad" con la monarquía marroquí y dar la espalda al resto de la región y a la propia legalidad internacional. Ser amigo de un país es aconsejable, pero ello no debe implicar ser amigo de sus errores. Madrid y París renunciaron a la amistad con lo que calificaron de "error americano en Irak".
Al Frente Polisario le hubiera gustado entablar negociaciones directas con la potencia ocupante sobre la base de la independencia saharaui. Hay precedentes históricos en la región magrebina; pero ello hubiese complicado las cosas para Marruecos y optó por mantener el respeto al acuerdo sobre el referéndum de autodeterminación.
Esta racionalidad está, sin embargo, ausente en la actuación del Gobierno marroquí que, después de haber mostrado poco respeto a sus propios compromisos, ofrece como alternativa al referéndum una "negociación" sobre la base del reconocimiento de la "marroquinidad" del Sáhara Occidental y de su pueblo. Y esto es simplemente inaceptable, que no debe ser siquiera planteado.
El Consejo de Seguridad considera que toda solución ha de ser mutuamente aceptable y permita la genuina autodeterminación del pueblo saharaui. La propuesta marroquí no cumple ninguna de las dos condiciones. Aun así, Rabat trata de imponerla, acudiendo a los amigos y padrinos permeables al rédito de la amistad. La démarche finge ignorar que el Consejo se abstuvo de imponer la aplicación del Plan de Arreglo y de los Acuerdos de Houston, que cumplían sin embargo con las dos condiciones.
La propuesta no tiene, pues, ninguna posibilidad de avanzar. Creyendo que el alto el fuego podrá sostenerse por sí solo y que el silencio culpable de amigos y padrinos le permitirá intensificar impunemente la represión de una Intifada hasta ahora pacífica, Marruecos da la espalda a la paz y se refugia en el pasado del que se mantiene prisionero.
El tiempo y las dificultades no debilitarán la determinación del pueblo saharaui de llegar un día a El Aaiún libre y soberano. Llegar a Granada le costó a España siete siglos. Los niños saharauis, segunda generación nacida bajo la ocupación, cantan, a pesar de la prohibición, el himno de la RASD en las escuelas de El Aaiún. Una dinámica de liberación está en marcha en el Sahara occidental y nadie la podrá detener. Felipe González decía en un reciente artículo que "La experiencia permite constatar que, desde la II Guerra Mundial, ninguna potencia ha consolidado una ocupación territorial".
Bujari Ahmed es representante del Frente Polisario ante la ONU.
Se puede opinar en los foros en la siguiente dirección: http://foros.elpais.com/index.php?showtopic=1420
11.2.07
TRIBUNA El Pais / Bernabé Lopez
EL PAIS 11.02.07
¿SON INCOMPATIBLES LA AUTONOMÍA Y EL REFERÉNDUM EN EL SÁHARA?
Votar una solución pactada
BERNABÉ LÓPEZ GARCÍA
La lectura del libro de memorias de Moktar Ould Daddah, La Mauritanie contre vents et marées (Karthala, 2003), es suficientemente ilustrativa de ciertos aspectos del tema saharaui que no está de más recordar en un momento en que cada uno de los actores se mantiene con sus posiciones congeladas: fundamentalismo refrendario apoyado en la legalidad internacional, frente a la insistencia obsesiva y simplista en la marroquinidad del territorio. Las fórmulas de cierta autonomía para la antigua colonia de España siguen sin concretarse por parte de Marruecos y ninguna de las dos posiciones cree compatible el referéndum con una solución negociada.
¿Qué impide celebrar el referéndum tras negociaciones y acuerdos entre las partes?
El que fue presidente mauritano hasta su derrocamiento en 1978 nos confiesa en su libro que los Acuerdos de Madrid de partición del Sáhara Occidental no fueron más que la concretización y la oficialización de lo que secretamente acordaron los jefes de Estado de Marruecos y Mauritania en junio de 1972 y corroboraron en octubre de 1974 ante los mandatarios de los países árabes en una cumbre, en ambos casos con la bendición y el apoyo del presidente Bumedián, testigo de la rúbrica. Aquel acuerdo secreto de 1972 preveía no sólo una concertación a tres en el tema sahariano, con el reparto del territorio entre sus vecinos del norte y el sur, sino un arreglo permanente del conflicto fronterizo argelo-marroquí, así como proyectos de cooperación económica y política entre los tres países magrebíes.
Las razones por las que el acuerdo terminó poniéndose en práctica sin el beneplácito argelino no están del todo dilucidadas. El único general marroquí al corriente de dicho acuerdo secreto, el general Ufkir, protagonizó dos meses después un golpe de Estado fallido contra su rey, dato que sin duda contribuyó a minar la confianza, nunca grande, entre Bumedián y Hassan II. La Argelia revolucionaria, que siempre tuvo a gala ser la defensora de la liberación de los pueblos, apoyó sin ambages al recién nacido Frente Polisario en 1973 y optó por una política ambigua con la España franquista que pretendió utilizar unos acuerdos sobre gas natural -punto de arranque de un enojoso contencioso que duraría más de una década- para romper la alianza intermagrebí a propósito del Sáhara. No olvidemos el silencio argelino ante los últimos fusilamientos del franquismo en septiembre de 1975, para no turbar la decisión del gobierno de Arias Navarro que aún no se había decantado definitivamente por la negociación con Marruecos y Mauritania.
La población saharaui importó poco en todas estas transacciones entre Estados. Cada uno de ellos mantenía una relación más o menos estrecha con notables saharauis de su margen vecina y Argelia logró hegemonizar al joven movimiento nacionalista que aspiraba a la independencia. España fracasó en su proyecto de crear un partido neocolonial que hubiera prolongado su dominio.
Lo demás es bien conocido. El 10 de noviembre, Bumedián se encuentra con Ould Daddah en Bechar, en un intento intimidador de impedirle firmar los acuerdos de Madrid, sin éxito. Cuatro días más tarde se firmaba la partición del Sáhara Occidental. Partición que duraría tan sólo cuatro años escasos al abandonar la empresa una Mauritania impotente y asediada. El mismo líder del Polisario, El Uali, moriría en 1976 en un asalto armado a Nuakchott, sin que jamás se establecieran con exactitud las causas de su muerte.
Tres décadas después, el embrollo del Sáhara sigue en pie. Las familias, separadas; los refugiados, en condiciones precarias, dependientes de la solidaridad internacional; los que quedaron en el territorio, viviendo un estado de excepción permanente. La descolonización sigue inconclusa, a la espera del referéndum que no tuvo lugar. En todo este tiempo se ha afirmado una identidad y una cohesión nacional saharaui que no habían madurado todavía en los primeros setenta. Buena parte se debe al Frente Polisario que actuó como catalizador de la conciencia nacional. Sin embargo, sería abusivo considerarlo como "único y legítimo" representante del pueblo saharaui, porque ya no quedan "únicos y legítimos" representantes de ningún pueblo. En todo cuerpo, clase o pueblo hay tendencias, opiniones, corrientes. Las hubo en el Sáhara de 1975, con la escisión entre viejos chiujs acomodaticios a los poderes establecidos y jóvenes rebeldes, como nos recordaba el propio El Uali en un artículo publicado en 1971 en la revista marroquí Anfass que dirigían Abdellatif Laabi y Abraham Serfaty. Las hubo en Tinduf, donde en 1988 surgió una importante fractura ideológica que encaminó a muchos hacia Marruecos o el exilio. Y las hay en el territorio del Sáhara, donde una vez más vuelve a haber acomodaticios y rebeldes.
Con todo, puede decirse que el pueblo saharaui ha ganado moralmente al expresar mayoritariamente su rechazo a una dominación marroquí basada en la intimidación y la represión. Y que Marruecos, al necesitar buscar esa salida autonómica (que personalmente pienso que ayudaría a los saharauis a avanzar y a los marroquíes a democratizarse), ha perdido, debiendo admitir el fracaso de su anexión. Seguimos a la espera de que Marruecos ponga encima de la mesa ese proyecto autonómico, que dice querer conciliar intereses de la población saharaui representada en el CORCAS con el punto de vista, siempre chovinista, de sus partidos políticos. ¿Cuadratura del círculo, dada la posición de éstos contraria a admitir la especificidad de la población del Sáhara? Entretanto, además de la permanente demonización entre las partes en conflicto, lo que faltan son cauces de diálogo entre saharauis para lograr una salida.
El problema saharaui es complejo y su solución no puede encontrarse en un sí o en un no expresado en una consulta sobre la adhesión a principios abstractos como "independencia" o "anexión a Marruecos". Cada posición debe razonarse, teniendo en cuenta naturalmente la historia de este conflicto, especialmente la del sufrimiento de los pueblos saharaui y marroquí, ambos víctimas del mismo. El referéndum es ineludible. Pero ¿qué impide celebrarlo tras discusiones, razonamientos y negociaciones políticas de las partes -Frente Polisario y Reino de Marruecos- que concluyan en un estatuto para un Sáhara democrático ligado a Marruecos con vínculos pactados?
El referéndum sería así el del apoyo a ese "estatuto negociado por las dos partes, sin riesgo de ganar o perderlo todo", como expresaba Serfaty en su carta a Bouteflika del 8 de enero de 2000. Para ello es imprescindible, además, que los saharauis hablen entre sí. Los de Tinduf, los de La Habana, los de El Aaiún o Dajla, los de Rabat, los de Madrid... Son ellos al fin y al cabo los que deben definir su destino y valorar las propuestas que le permitan llegar a ese estatuto. ¿No ahorraría este camino tiempo y sufrimiento?
Bernabé López García es catedrático de Historia del Islam Contemporáneo en la Universidad Autónoma de Madrid.
Se puede opinar en los foros en la siguiente dirección: http://foros.elpais.com/index.php?showtopic=1420
¿SON INCOMPATIBLES LA AUTONOMÍA Y EL REFERÉNDUM EN EL SÁHARA?
Votar una solución pactada
BERNABÉ LÓPEZ GARCÍA
La lectura del libro de memorias de Moktar Ould Daddah, La Mauritanie contre vents et marées (Karthala, 2003), es suficientemente ilustrativa de ciertos aspectos del tema saharaui que no está de más recordar en un momento en que cada uno de los actores se mantiene con sus posiciones congeladas: fundamentalismo refrendario apoyado en la legalidad internacional, frente a la insistencia obsesiva y simplista en la marroquinidad del territorio. Las fórmulas de cierta autonomía para la antigua colonia de España siguen sin concretarse por parte de Marruecos y ninguna de las dos posiciones cree compatible el referéndum con una solución negociada.
¿Qué impide celebrar el referéndum tras negociaciones y acuerdos entre las partes?
El que fue presidente mauritano hasta su derrocamiento en 1978 nos confiesa en su libro que los Acuerdos de Madrid de partición del Sáhara Occidental no fueron más que la concretización y la oficialización de lo que secretamente acordaron los jefes de Estado de Marruecos y Mauritania en junio de 1972 y corroboraron en octubre de 1974 ante los mandatarios de los países árabes en una cumbre, en ambos casos con la bendición y el apoyo del presidente Bumedián, testigo de la rúbrica. Aquel acuerdo secreto de 1972 preveía no sólo una concertación a tres en el tema sahariano, con el reparto del territorio entre sus vecinos del norte y el sur, sino un arreglo permanente del conflicto fronterizo argelo-marroquí, así como proyectos de cooperación económica y política entre los tres países magrebíes.
Las razones por las que el acuerdo terminó poniéndose en práctica sin el beneplácito argelino no están del todo dilucidadas. El único general marroquí al corriente de dicho acuerdo secreto, el general Ufkir, protagonizó dos meses después un golpe de Estado fallido contra su rey, dato que sin duda contribuyó a minar la confianza, nunca grande, entre Bumedián y Hassan II. La Argelia revolucionaria, que siempre tuvo a gala ser la defensora de la liberación de los pueblos, apoyó sin ambages al recién nacido Frente Polisario en 1973 y optó por una política ambigua con la España franquista que pretendió utilizar unos acuerdos sobre gas natural -punto de arranque de un enojoso contencioso que duraría más de una década- para romper la alianza intermagrebí a propósito del Sáhara. No olvidemos el silencio argelino ante los últimos fusilamientos del franquismo en septiembre de 1975, para no turbar la decisión del gobierno de Arias Navarro que aún no se había decantado definitivamente por la negociación con Marruecos y Mauritania.
La población saharaui importó poco en todas estas transacciones entre Estados. Cada uno de ellos mantenía una relación más o menos estrecha con notables saharauis de su margen vecina y Argelia logró hegemonizar al joven movimiento nacionalista que aspiraba a la independencia. España fracasó en su proyecto de crear un partido neocolonial que hubiera prolongado su dominio.
Lo demás es bien conocido. El 10 de noviembre, Bumedián se encuentra con Ould Daddah en Bechar, en un intento intimidador de impedirle firmar los acuerdos de Madrid, sin éxito. Cuatro días más tarde se firmaba la partición del Sáhara Occidental. Partición que duraría tan sólo cuatro años escasos al abandonar la empresa una Mauritania impotente y asediada. El mismo líder del Polisario, El Uali, moriría en 1976 en un asalto armado a Nuakchott, sin que jamás se establecieran con exactitud las causas de su muerte.
Tres décadas después, el embrollo del Sáhara sigue en pie. Las familias, separadas; los refugiados, en condiciones precarias, dependientes de la solidaridad internacional; los que quedaron en el territorio, viviendo un estado de excepción permanente. La descolonización sigue inconclusa, a la espera del referéndum que no tuvo lugar. En todo este tiempo se ha afirmado una identidad y una cohesión nacional saharaui que no habían madurado todavía en los primeros setenta. Buena parte se debe al Frente Polisario que actuó como catalizador de la conciencia nacional. Sin embargo, sería abusivo considerarlo como "único y legítimo" representante del pueblo saharaui, porque ya no quedan "únicos y legítimos" representantes de ningún pueblo. En todo cuerpo, clase o pueblo hay tendencias, opiniones, corrientes. Las hubo en el Sáhara de 1975, con la escisión entre viejos chiujs acomodaticios a los poderes establecidos y jóvenes rebeldes, como nos recordaba el propio El Uali en un artículo publicado en 1971 en la revista marroquí Anfass que dirigían Abdellatif Laabi y Abraham Serfaty. Las hubo en Tinduf, donde en 1988 surgió una importante fractura ideológica que encaminó a muchos hacia Marruecos o el exilio. Y las hay en el territorio del Sáhara, donde una vez más vuelve a haber acomodaticios y rebeldes.
Con todo, puede decirse que el pueblo saharaui ha ganado moralmente al expresar mayoritariamente su rechazo a una dominación marroquí basada en la intimidación y la represión. Y que Marruecos, al necesitar buscar esa salida autonómica (que personalmente pienso que ayudaría a los saharauis a avanzar y a los marroquíes a democratizarse), ha perdido, debiendo admitir el fracaso de su anexión. Seguimos a la espera de que Marruecos ponga encima de la mesa ese proyecto autonómico, que dice querer conciliar intereses de la población saharaui representada en el CORCAS con el punto de vista, siempre chovinista, de sus partidos políticos. ¿Cuadratura del círculo, dada la posición de éstos contraria a admitir la especificidad de la población del Sáhara? Entretanto, además de la permanente demonización entre las partes en conflicto, lo que faltan son cauces de diálogo entre saharauis para lograr una salida.
El problema saharaui es complejo y su solución no puede encontrarse en un sí o en un no expresado en una consulta sobre la adhesión a principios abstractos como "independencia" o "anexión a Marruecos". Cada posición debe razonarse, teniendo en cuenta naturalmente la historia de este conflicto, especialmente la del sufrimiento de los pueblos saharaui y marroquí, ambos víctimas del mismo. El referéndum es ineludible. Pero ¿qué impide celebrarlo tras discusiones, razonamientos y negociaciones políticas de las partes -Frente Polisario y Reino de Marruecos- que concluyan en un estatuto para un Sáhara democrático ligado a Marruecos con vínculos pactados?
El referéndum sería así el del apoyo a ese "estatuto negociado por las dos partes, sin riesgo de ganar o perderlo todo", como expresaba Serfaty en su carta a Bouteflika del 8 de enero de 2000. Para ello es imprescindible, además, que los saharauis hablen entre sí. Los de Tinduf, los de La Habana, los de El Aaiún o Dajla, los de Rabat, los de Madrid... Son ellos al fin y al cabo los que deben definir su destino y valorar las propuestas que le permitan llegar a ese estatuto. ¿No ahorraría este camino tiempo y sufrimiento?
Bernabé López García es catedrático de Historia del Islam Contemporáneo en la Universidad Autónoma de Madrid.
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7.2.07
La route de la cocaïne passe par le Sahara
LA RAZON, 07.02.07 (traduction par arso.org)
Le Maroc a intercepté près de Villa Cisneros une centaine de conteneurs à poisson soupçonnés servir au transport de drogue. Interpol croit qu'il pourrait y avoir complicité entre militaires marocains et mafias sud-américaines.
Pedro Canales
TANGER - Le roi Mohamed VI du Maroc a été informé dans la nuit du samedi 3 février d’une possible implication de deux importants généraux marocains dans une opération de narcotrafiquants colombiens au Sahara Occidental. Après avoir reçu les précisions pertinentes des services secrets, le souverain a ordonné que le directeur général de la Police Judiciaire, Moustafa Mazdoudi, se rende le lendemain dimanche, à Dakhla, l'ancienne Villa Cisneros, pour interroger personnellement les suspects du trafic de drogues et leurs associés.
Interpol avait informé la sécurité marocaine que durant la première semaine de février le débarquement d’une livraison de cocaïne aurait lieu sur les côtes du Sahara ou un transbordement vers des bateaux marocains. La Police Judiciaire a alerté les services de sécurité civils et militaires de la zone du Sahara, mais ceux-ci n’ont pas bougé le petit doigt pour démanteler cette opération, selon les révélations du quotidien arabophone «As Sabagh» du 06.02.07.
Les investigations de l’équipe policière envoyée par le roi ont permis de séquestrer un chargement de cocaïne qui se trouvait à l’intérieur d’un conteneur appartenant à une entreprise dont le propriétaire est un général des Forces armées royales, qui ets aussi l’actionnaire principal de diverses entreprises de pêche hauturière. Selon «As Sabagh», la Police judiciaire, à la recherche d’autres chargements en provenance de Colombie, a confisqué 112 conteneurs entreposés dans la région de Dakhla sur des bateaux de pêche marocains qui pêchent dans les eaux sahariennes.
Soupçons
Les principaux armateurs qui opèrent dans cette zone sont, en plus de la holding royale ONA, propriétaire d’une trentaine de bateaux frigorifiques, les généraux Abdelaziz Bennani, inspecteur général des FAR (second dans la hiérarchie militaire après le roi), Housni Benslimane, chef de la gendarmerie royale et Abdelhak Kadiri, ex-chef des services d’espionnage et l’un des conseillers militaires les plus écoutés par la roi. Les sources consultées par LA RAZON soupçonnent que les conteneurs réquisitionnés par la police appartiennent au général Bennani et à sa famille.
“Cela fait 3 ans que nous avons dénoncé au Maroc l’existence d’une nouvelle voie d’acheminement de la cocaïne colombienne vers l’Europe, à travers les zones désertiques du Sahara et l’Afrique occidentale, et en collaboration avec les mafias du trafic de haschich opérant au nord du Maroc”, déclare Houssein Majdoubi à La Razon. Cet analyste marocain a été arrêté et séquestré par la police politique à Tétouan durant 3 jours en raison de ses recherches sur les relations entre le narcotrafic et les services de sécurité.
Interpol soupçonne que la nouvelle route de la cocaïne a été rendue possible par la corruption de l’appareil policier et militaire marocain et ses liens avec le trafic de drogue local et international. Le palais royal semble avoir pressenti le danger d’une alliance entre le trafic de drogue, la corruption et l’islamisme violent, qui pourrait mettre en cause l’existence même du régime.
L’odyssée du yacht «Zénith», qui, avec quelques tonnes de cocaïne à bord, a été obligé de faire marche arrière à proximité de la Galice pour se réfugier au port de Casablanca durant plusieurs semaines, en décembre dernier, a confirmé à la police européenne que les cartels colombiens avaient décidé d’explorer à fond la voie marocaine.
Jusqu’à présent, les nouvelles routes de la cocaïne passaient par l’Afrique occidentale. Mais la constatation de l’implication de hauts responsables de la sécurité et de l’armée alaouite dans le trafic de drogues a convaincu les Colombiens d’utiliser à fond la voie marocaine, en collaboration avec les mafias du haschich.
La réaction du roi face à cette situation de crise, indique, selon les analystes marocains, que le palais royal est décidé à faire tomber des têtes, quelque soit leur niveau dans la hiérarchie militaire ou policière. L’avenir de la monarchie pourrait être en jeu et Mohamed VI le sait.
Autonomie pour le Sahara
Les investigations mises en route par le chef de la police judiciaire sont secrètes. Le roi suit de près les interrogatoires des détenus et les pistes explorées. On espère que dans les prochains jours les premiers noms des principaux inculpés seront connus, qui pour la première fois dans l’histoire du Maroc, font partie des chefs des forces armées et des principaux services de sécurité. Tout ceci se passe juste au moment où Mohamed VI se prépare à transmettre aux Nations unies son projet d’«autonomie» pour la région du Sahara Occidental, qui, estime-t-il, est l’unique cadre possible pour résoudre le conflit qui l’oppose au Polisario depuis 30 ans.
Le Maroc a intercepté près de Villa Cisneros une centaine de conteneurs à poisson soupçonnés servir au transport de drogue. Interpol croit qu'il pourrait y avoir complicité entre militaires marocains et mafias sud-américaines.
Pedro Canales
TANGER - Le roi Mohamed VI du Maroc a été informé dans la nuit du samedi 3 février d’une possible implication de deux importants généraux marocains dans une opération de narcotrafiquants colombiens au Sahara Occidental. Après avoir reçu les précisions pertinentes des services secrets, le souverain a ordonné que le directeur général de la Police Judiciaire, Moustafa Mazdoudi, se rende le lendemain dimanche, à Dakhla, l'ancienne Villa Cisneros, pour interroger personnellement les suspects du trafic de drogues et leurs associés.
Interpol avait informé la sécurité marocaine que durant la première semaine de février le débarquement d’une livraison de cocaïne aurait lieu sur les côtes du Sahara ou un transbordement vers des bateaux marocains. La Police Judiciaire a alerté les services de sécurité civils et militaires de la zone du Sahara, mais ceux-ci n’ont pas bougé le petit doigt pour démanteler cette opération, selon les révélations du quotidien arabophone «As Sabagh» du 06.02.07.
Les investigations de l’équipe policière envoyée par le roi ont permis de séquestrer un chargement de cocaïne qui se trouvait à l’intérieur d’un conteneur appartenant à une entreprise dont le propriétaire est un général des Forces armées royales, qui ets aussi l’actionnaire principal de diverses entreprises de pêche hauturière. Selon «As Sabagh», la Police judiciaire, à la recherche d’autres chargements en provenance de Colombie, a confisqué 112 conteneurs entreposés dans la région de Dakhla sur des bateaux de pêche marocains qui pêchent dans les eaux sahariennes.
Soupçons
Les principaux armateurs qui opèrent dans cette zone sont, en plus de la holding royale ONA, propriétaire d’une trentaine de bateaux frigorifiques, les généraux Abdelaziz Bennani, inspecteur général des FAR (second dans la hiérarchie militaire après le roi), Housni Benslimane, chef de la gendarmerie royale et Abdelhak Kadiri, ex-chef des services d’espionnage et l’un des conseillers militaires les plus écoutés par la roi. Les sources consultées par LA RAZON soupçonnent que les conteneurs réquisitionnés par la police appartiennent au général Bennani et à sa famille.
“Cela fait 3 ans que nous avons dénoncé au Maroc l’existence d’une nouvelle voie d’acheminement de la cocaïne colombienne vers l’Europe, à travers les zones désertiques du Sahara et l’Afrique occidentale, et en collaboration avec les mafias du trafic de haschich opérant au nord du Maroc”, déclare Houssein Majdoubi à La Razon. Cet analyste marocain a été arrêté et séquestré par la police politique à Tétouan durant 3 jours en raison de ses recherches sur les relations entre le narcotrafic et les services de sécurité.
Interpol soupçonne que la nouvelle route de la cocaïne a été rendue possible par la corruption de l’appareil policier et militaire marocain et ses liens avec le trafic de drogue local et international. Le palais royal semble avoir pressenti le danger d’une alliance entre le trafic de drogue, la corruption et l’islamisme violent, qui pourrait mettre en cause l’existence même du régime.
L’odyssée du yacht «Zénith», qui, avec quelques tonnes de cocaïne à bord, a été obligé de faire marche arrière à proximité de la Galice pour se réfugier au port de Casablanca durant plusieurs semaines, en décembre dernier, a confirmé à la police européenne que les cartels colombiens avaient décidé d’explorer à fond la voie marocaine.
Jusqu’à présent, les nouvelles routes de la cocaïne passaient par l’Afrique occidentale. Mais la constatation de l’implication de hauts responsables de la sécurité et de l’armée alaouite dans le trafic de drogues a convaincu les Colombiens d’utiliser à fond la voie marocaine, en collaboration avec les mafias du haschich.
La réaction du roi face à cette situation de crise, indique, selon les analystes marocains, que le palais royal est décidé à faire tomber des têtes, quelque soit leur niveau dans la hiérarchie militaire ou policière. L’avenir de la monarchie pourrait être en jeu et Mohamed VI le sait.
Autonomie pour le Sahara
Les investigations mises en route par le chef de la police judiciaire sont secrètes. Le roi suit de près les interrogatoires des détenus et les pistes explorées. On espère que dans les prochains jours les premiers noms des principaux inculpés seront connus, qui pour la première fois dans l’histoire du Maroc, font partie des chefs des forces armées et des principaux services de sécurité. Tout ceci se passe juste au moment où Mohamed VI se prépare à transmettre aux Nations unies son projet d’«autonomie» pour la région du Sahara Occidental, qui, estime-t-il, est l’unique cadre possible pour résoudre le conflit qui l’oppose au Polisario depuis 30 ans.
La ruta de la cocaína pasa por el Sahara
[ 07.02.07] http://www.larazon.es/noticias/noti_int15978.htm
Marruecos intercepta cerca de Villa Cisneros un centenar de contenedores de pescado de los que sospecha que sirven para transportar droga Interpol cree que puede haber un acuerdo entre militares marroquíes y mafias suramericanas
Pedro Canales
TÁNGER- El rey Mohamed VI de Marruecos fue informado en la noche del sábado 3 de febrero de la posible relación de dos importantes generales marroquíes con una operación de narcotráfico colombiano en la región del Sahara Occidental. Tras recibir las precisiones pertinentes de los servicios de inteligencia, el soberano ordenó que el director general de la Policía Judicial, Mustafa Mazdudi, viajase al día siguiente, domingo, a Dajla, la antigua Villa Cisneros, para interrogar personalmente a los sospechosos de la operación de narcotráfico y sus allegados.
Interpol informó a la seguridad marroquí de que en la primera semana de febrero se produciría un desembarco de alijos de cocaína en las costas del Sahara o un trasvase a barcos marroquíes. La Policía Judicial alertó a los servicios de seguridad civiles y militares de la zona del Sahara, pero éstos no movieron ni un dedo para desarticular la operación, según reveló ayer el diario en lengua árabe «As Sabagh».
Las investigaciones del equipo policial enviado por el rey han permitido requisar un alijo de cocaína en el interior de un contenedor perteneciente a una empresa cuyo propietario es un general de las Fuerzas Armadas Reales, que es también el principal accionista de varias empresas de pesca de altura. Según «As Sabagh», la Policía Judicial ha confiscado 112 contenedores en busca de otros alijos procedentes de Colombia y depositados en la región de Dajla en barcos de pesca marroquíes que faenan en las aguas saharianas.
Sospechosos
Los principales armadores que operan en la zona son, además del holding real ONA, que posee una treintena de buques congeladores, los generales Abdelaziz Bennani, inspector general de las FAR (el segundo puesto en la jerarquia del Ejército detrás del Rey), Husni Bensliman, jefe de la Gendarmería Real y Abdelhak Kadiri, ex jefe de los servicios de espionaje y uno de los consejeros militares más escuchados por el monarca. Fuentes consultadas por LA RAZÓN sospechan que las empresas a las que pertenecen los contenedores requisados por la Fiscalía son propiedad del general Bennani y sus familiares.
«Hace tres años que hemos denunciado en Marruecos la existencia de una nueva vía de entrada de la cocaína colombiana a Europa, a través de las zonas desérticas del Sahara y África Occidental, y en combinación con las mafias del tráfico de hachís que operan en el norte de Marruecos», sostiene Hussein Majdoubi en declaraciones a LA RAZÓN. Este analista marroquí fue detenido y secuestrado en Tetuán por la Policía Política durante tres días por sus investigaciones acerca de los vínculos del narcotráfico con integrantes de los servicios de seguridad.
Interpol sospecha que la nueva ruta de la cocaína se hace posible por la corrupción en el aparato policial y militar marroquí y sus lazos con el narcotráfico local e internacional. El Palacio Real parece haber visto el peligro de una alianza entre el tráfico de droga, la corrupción y el islamismo violento, que pondría en peligro la existencia misma del régimen. La odisea del yate «Zenith» (ver NOTA) que, con varias toneladas de cocaína a bordo, se vio obligado a dar marcha atrás cerca de Galicia para refugiarse en el puerto de Casablanca durante varias semanas, en diciembre pasado, corroboró a la Policía europea que los cárteles colombianos habían decidido explorar a fondo la vía marroquí.
Hasta ese momento, las nuevas rutas de la cocaína optaban por África Occidental. Pero la constatación de la implicación de altos responsables de la seguridad y del Ejército alauíes en el narcotráfico convenció a los colombianos para usar a fondo la via marroquí, en combinación con las mafias del hachís.
La reacción del rey ante esta situación de crisis indica, según los analistas marroquíes, que el Palacio Real está dispuesto a hacer rodar cabezas, cualquiera que sea el nivel de la jerarquía militar o policial en el que se sitúen. El futuro de la monarquía podría estar en juego y Mohamed VI lo sabe.
Autonomía para el Sahara
Las investigaciones llevadas a cabo por el jefe de la Policía Judicial se mantienen en secreto. El rey sigue de cerca los interrogatorios de los detenidos y las pistas que se exploran. Se espera que en los próximos días se conozcan los primeros nombres de los presuntos implicados, que por vez primera en la historia de Marruecos, alcanzan la cúpula de las Fuerzas Armadas y de los principales servicios de seguridad. Justo en el momento en que Mohamed VI se dispone a enviar a Naciones Unidas su proyecto de «autonomía» para la región del Sahara Occidental que, estima, es el único marco posible para solucionar el conflicto que le opone al Polisario desde hace 30 años.
NOTA:
La Voz de Galicia, 13/01/2007
Faro de Vigo, 13.01.07
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